Viajar a Antártida es la experiencia de viaje más inolvidable del mundo.
Visita el Continente Blanco en cruceros, camina sobre el hielo, haz kayak entre icebergs, apúntate a un tour fotográfico para avistar fauna, o acampa bajo el cielo más austral de la Tierra.
Los viajes a la Antártida se pueden realizar en determinadas temporadas debido a sus extremas condiciones climáticas. La mejor época para viajar es durante el verano austral (entre noviembre y marzo), cuando las temperaturas son relativamente templadas, la vida silvestre que se observa es abundante y hay 24 horas al día de sol.
La Antártida contiene mucha vida silvestre. Los visitantes pueden esperar ver varias especies, incluyendo pingüinos (como el Emperador, Adelaide, Papúa y Barbijo), focas (como las de Weddell y los lobos marinos), numerosas especies de aves (albatros, petreles, esternidos), y si tienen suerte, ballenas como jorobadas, minke y orcas.
Los cruceros antárticos ofrecen una variedad de actividades, incluyendo excursiones en zodiac para encuentros cercanos con la vida silvestre, paseos guiados por la costa para explorar colonias de pingüinos y estaciones científicas, avistamiento de vida salvaje desde el barco, kayak, talleres de fotografía y lecturas educacionales guiadas por naturalistas expertos.
Empacar para un crucero por la Antártida requiere prepararse para fríos extremos y condiciones climáticas cambiantes. Los esenciales que deberás llevar incluyen ropa impermeable, botas resistentes, guantes, un sombrero, protector solar, anteojos. ¡y una cámara de fotos! Tu especialista de viajes te enviará una lista detallada con los elementos que deberás empacar previo a tu viaje.
La seguridad es una prioridad debido a las extremas condiciones. Los barcos tienen un equipo experimentado e instalaciones médicas para manejar emergencias. Algunas problemáticas que se dan en cuanto a la salud suelen ser mareos, quemaduras solares y los efectos del frío extremo. Es indispensable seguir los recaudos dados por la tripulación, vestir adecuadamente y escuchar las instrucciones de los líderes de exploración.
Si, se permite que viajen niños en muchos cruceros por la Antártida. Aún así, la edad mínima requerida puede variar dependiendo del itinerario. Generalmente se permiten niños a partir de los 8 años de edad.
¿Por qué Hacer un Crucero por la Antártida?
Porque necesitas ver eso una vez en tu vida. Si bien los paisajes de otros destinos se parecen a algunas regiones en las que quizás hayas estado, la Antártida es única.
No olvides que es tierra de exploradores, aún hoy, incluso más de lo que alguna vez fue la Patagonia. Es por esto que realizar un Crucero por la Antártida es la mejor manera de viajar a este continente. La tecnología y el capital humano son cruciales para tener éxito en un viaje como este.
Los buques Antárticos están preparados para soportar hielo fino y son lo suficientemente fuertes para hacer frente al clima impredecible de la zona. Los científicos y especialistas en viajes también te harán sentir seguro. Contamos con personal altamente capacitado en este destino.
Mejores Destinos para Combinar con Cruceros por la Antártida
Ushuaia en Argentina
Ushuaia es la capital de Tierra del Fuego. Aquí es donde la gente viene a explorar el Parque Nacional Tierra del Fuego, La Cárcel “En el fin del mundo”, y probar los mejores mariscos de Argentina.
Pero además, Ushuaia es el puerto privilegiado para los cruceros antárticos. Muchos parten desde aquí, pasan por el Canal Beagle y navegan hacia las desafiantes aguas del Pasaje de Drake.
Puedes combinar tu viaje a la Antártida con tres días antes o después de la expedición a la Antártida y visitar los atractivos naturales de Ushuaia.
El Calafate en Argentina
Si su crucero por la Antártida sale y regresa a Ushuaia en Argentina, es sencillo volar a El Calafate. Ésta no es una oportunidad que desperdiciar.
El Calafate sigue siendo la Patagonia pero al norte de Ushuaia. Puedes planear un par de días en El Calafate (digamos, 3) para ver el Glaciar Perito Moreno, navegar por el Parque Nacional y tomar un relajante día en un rancho en un lugar típico patagónico.
Puerto Natales en Chile
Una vez finalizado tu crucero por la Antártida, podrás extender tu viaje a Puerto Natales en la Patagonia chilena. Este pequeño pueblo es conocido por ser la puerta de entrada a otro destino increíble: el Parque Nacional Torres del Paine.
Torres del Paine es un viaje mínimo de 5 días. Al menos si quieres disfrutar de una buena caminata y acampar en los numerosos refugios del llamado Circuito W dentro del parque.
Si esto te parece demasiado, siempre puedes hacer una excursión de un día para ver algunos de los famosos miradores dentro del parque y regresar a Puerto Natales. La Cueva del Milodón es otra atracción de 1 día que puedes visitar desde Puerto Natales, un recorrido arqueológico por la vida silvestre que vivió en la zona hace miles de años.
Punta Arenas en Chile
Esta ciudad se encuentra al sur de Puerto Natales y del Parque Nacional Torres del Paine. Lo que significa que estarás aún más cerca de los magníficos Fiordos Chilenos. La navegación por los numerosos caminos acuáticos es habitual y un recorrido imperdible por esta zona.
Consejos de Viaje para Explorar la Antártida
Estar preparado
Estar preparado
Aunque contamos con médicos a bordo, si sufres Nautia en los viajes recuerda llevar contigo alguna medicación extra.
Propinas
Propinas
Normalmente, en un crucero por la Antártida la gente suele dejar una propina de entre 10 y 20 dólares por pasajero. Esto no es obligatorio, sino que depende completamente de usted.
Conexión
Conexión
Aunque estamos en el siglo XXI, la Antártida sigue siendo un destino desafiante para la comunicación. Por lo tanto, no se frustre si su teléfono no funciona.
¿Lago Drake o batido Drake?
¿Lago Drake o batido Drake?
Los navegantes expertos inventaron dos formas de clasificar el estado de ánimo del Pasaje Drake: el Lago Drake, cuando las olas son suaves, y el Shake Shake, cuando llega el momento de abrocharse los cinturones de seguridad. Si bien algunos prefieren volar en lugar de navegar a la Antártida, el Pasaje de Drake ofrece una variedad de vida silvestre para observar, pero solo desde un barco.
El pingüino emperador
El pingüino emperador
Presta atención, porque en ningún otro lugar del mundo verás pingüinos emperador. Viven sólo en la Antártida y son el tipo de pingüino más grande, midiendo hasta 4 pies de altura.
Sé bueno con la vida silvestre
Sé bueno con la vida silvestre
Verás especies asombrosas en este viaje, pero está prohibido tocarlas. Lo mismo, a la hora de tomar fotografías hay que priorizar al animal. Si no se siente cómodo, cancele la misión. Lo mismo con la vegetación. Está prohibido llevar y traer vegetación extranjera a la Antártida
Estar preparado
Aunque contamos con médicos a bordo, si sufres Nautia en los viajes recuerda llevar contigo alguna medicación extra.
Conexión
Aunque estamos en el siglo XXI, la Antártida sigue siendo un destino desafiante para la comunicación. Por lo tanto, no se frustre si su teléfono no funciona.
El pingüino emperador
Presta atención, porque en ningún otro lugar del mundo verás pingüinos emperador. Viven sólo en la Antártida y son el tipo de pingüino más grande, midiendo hasta 4 pies de altura.
Propinas
Normalmente, en un crucero por la Antártida la gente suele dejar una propina de entre 10 y 20 dólares por pasajero. Esto no es obligatorio, sino que depende completamente de usted.
¿Lago Drake o batido Drake?
Los navegantes expertos inventaron dos formas de clasificar el estado de ánimo del Pasaje Drake: el Lago Drake, cuando las olas son suaves, y el Shake Shake, cuando llega el momento de abrocharse los cinturones de seguridad. Si bien algunos prefieren volar en lugar de navegar a la Antártida, el Pasaje de Drake ofrece una variedad de vida silvestre para observar, pero solo desde un barco.
Sé bueno con la vida silvestre
Verás especies asombrosas en este viaje, pero está prohibido tocarlas. Lo mismo, a la hora de tomar fotografías hay que priorizar al animal. Si no se siente cómodo, cancele la misión. Lo mismo con la vegetación. Está prohibido llevar y traer vegetación extranjera a la Antártida